Enfrentar conflictos laborales y gestionar emociones es todo un desafío.

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Enfrentar conflictos y gestionar emociones es todo un desafío.
Y más aún cuando sucede en la vida laboral diaria: reuniones tensas, diferencias de criterios, comentarios que no caen bien, silencios que gritan más de lo que dicen.

Los conflictos en el trabajo no son la excepción, son parte de la dinámica humana.
Y aunque intentemos evitarlos o suavizarlos, nos atraviesan. Se sienten en el cuerpo, en la voz, en el humor. Nos tocan fibras personales, nos enfrentan con nuestras creencias, con nuestros miedos, con nuestros límites.

En esos momentos, la autoregulación emocional se vuelve protagonista.
Esa capacidad de poner pausa antes de responder, de respirar antes de reaccionar.
De no dejarse arrastrar por la emoción del momento, sino de elegir con conciencia cómo actuar.

Pero vamos a decirlo con honestidad: autoregular también cansa.
Porque sostener, contener, interpretar, traducir lo que sentimos en respuestas “correctas”…
no siempre es sencillo, ni automático. Requiere energía, claridad, entrenamiento y mucha conciencia emocional.

A veces, terminamos agotadxs por haber hecho “lo correcto”.
Y eso también habla de una cultura laboral que muchas veces exige madurez emocional sin habilitar espacios para expresarla.

En Nexa creemos que liderar no es evitar el conflicto, sino atravesarlo sin perdernos.
Es comprender qué parte de nosotros se activa frente a una diferencia,
y cómo podemos actuar desde un lugar más genuino, humano y responsable.

Autoregular no es reprimir. Es reconocer lo que sentimos y transformarlo en una acción constructiva.
Es entender que liderar emociones y reacciones no es controlarlas, sino acompañarlas.

Porque liderar tus emociones…
es también liderar tu impacto, tu energía, tu manera de construir vínculos.

¿Quién está liderando tus reacciones hoy: vos… o tu impulso?

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